Negra



Por Jess Márquez Gaspar

Mi abuela era negra
Estaba ahí
En aquella casa grande
Y me recibía con un abrazo saliendo por la puerta de la cocina
Cuidaba su jardín
Con un árbol alto en el centro
Y regaba las flores con el mismo amor que a sus nietos y nietas

Me presentó a los girasoles
Les vi girar hacia el sol buscando la luz
Y cerrar sus pétalos huyendo de la oscuridad
Como hacemos los humanos
Por eso los amé siempre

Mi abuela me adoraba
Me servía agua con mucho hielo en las tardes calurosas
Y me llevaba a su cama, a escondidas
Un barco enorme que me llevaba a grandes aventuras
Para que durmiera mientras me abrazaba

Tenía los ojos grandes y la piel morena
Como los buhos que coleccionaba
Los tenía de todas partes del mundo
De piedra y de madera

Mi abuela era negra
Y toda ella era luz
Su cabello siempre natural
Se balanceaba
Cuando se sentaba en la mecedora
Y se movía al ritmo de su corazón

Mi abuela amaba ser abuela
Y ver a sus nietos y nietas correr por los pasillos
Bañarse en la piscina en el patio
Esconderse en el closet de la ropa de cama 
Entre las toallas
Aunque luego hubiera que lavarlas todas

Mi abuela era tan negra que su apellido era Negretti
Y el asado negro le quedaba como a nadie
Sabía todas las recetas criollas
Y bailaba cualquier son que le tocasen

Mi abuela siempre pedía sopa de auyama para el almuerzo
y nunca ninguna otra me supo igual
Hacía el quesillo como los ángeles
Y yo esperaba impaciente a cumplir años
Para verle llegar con él

Mi abuela amaba bailar
Y en aquella última foto lo hizo conmigo
Jugamos con un gran sombrero mexicano
Y reímos como si todo fuera infinito

Mi abuela tuvo cáncer
Y su cabello alzó vuelo
Se fue apagando poco a poco
Y ya no se oía su canto a voz en cuello

Aquella Navidad todos y todas lloraban
Nos acercaron a su cama para despedirnos, pero yo no sabía
Y el 6 de enero los Reyes no llegaron
Se la llevaron y no volvieron

Mi abuela era una guerrera
La matriarca
La Úrsula de nuestros Buendías
Y cuando se fue recuerdo aquel patio
Vacío de risas y lleno de llanto y de misa

Sólo volví una vez a aquella casa
A los pisos de granito
A la sala enorme y al comedor de madera
A ver a su lora llorar de pena
A escuchar el silencio tan enorme que quedó tras su partida

Y luego, sólo recuerdo el vacío que dejó su risa
La primera vez que vi a papá llorando
Cómo su hogar se transformó en un lugar extraño 
Y el árbol lo cortaron

Han pasado 20 años

Pero entonces me veo en el espejo
De mi familia europea me sentía distinto
Porque veo siempre mis ojos cafés y no claros
Mi cabello no rubio, sino oscuro
Y veo mi barba y mi vello negro hacerse rulos 
por todo mi cuerpo
Veo mi remolino rebelde en la frente
Y recuerdo entonces que ahí está mi abuela
En los girasoles
Los quesillos
Y en mi propia y también negra, 
belleza

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